El nuevo rey de Gran Bretaña, el hijo mayor y sucesor de la reina Isabel II, fue durante años uno de los más impopulares de la familia real británica. 

El nuevo monarca, ahora de 74 años, llegó a ser calificado de "loco" y "excéntrico" por sus opiniones sobre temas que van desde el medio ambiente hasta las medicinas alternativas y la arquitectura, pero la historia también demostró que siempre fue un adelantado a su tiempo.

El hasta ahora príncipe de Gales tuvo mucho tiempo para hacer campaña por sus temas favoritos: esperó 70 años para ser rey. Además de apoyar a la fundación caritativa Prince's Trust, colaboró con otras organizaciones benéficas, respaldó programas de educación para jóvenes y financió iniciativas artísticas, por nombrar algunas.

Como rey, se espera que Carlos siga promoviendo la diversidad religiosa y el carácter multicultural de la Inglaterra moderna. También ha prometido celebrar una coronación multiconfesional cuando ascienda al trono. Sin embargo, su principal pasión son el medioambiente y la lucha contra el cambio climático.

En 2007 puso en marcha el Proyecto de la Selva Tropical del Príncipe, una iniciativa mundial que cuenta con el respaldo de empresas, políticos y personalidades para crear conciencia y actuar contra la deforestación tropical. 

Pero ahora que es rey, Carlos III, que nunca reprimió sus opiniones, tendrá que frenar esos impulsos, según advirtió Robert Hazell, profesor de Gobierno y Constitución en el University College de Londres.

En la década de 1970, Carlos ya hablaba de los problemas de los desechos plásticos, mientras se esforzaba por convencer al público sobre la necesidad de reciclar.

Sus súplicas pueden haber caído en oídos sordos, pero se dice que sus hijos, el príncipe Guillermo y el príncipe Harry, admiran a su padre por esta postura y adoptaron sus hábitos de reciclaje.

Si bien el cambio climático es ahora una crisis que los gobiernos intentan abordar casi con desesperación, Carlos estuvo advirtiendo sobre la necesidad de conciencia ambiental desde la década de 1980 para evitarlo.

Siendo príncipe de Gales, instaló uno de los primeros bancos de botellas del mundo en el Palacio de Buckingham en 1980, que fue ridiculizado por la prensa.

Carlos también fue pionero en las técnicas agrícolas durante los últimos 35 años, instalando paneles solares en su casa en Highgrove House y otras casas reales. 

Carlos también abogó durante mucho tiempo por el uso de los productos orgánicos y de origen local. Después de mudarse a Highgrove House, también comenzó a cultivar una granja orgánica en sus jardines, que culminó con el lanzamiento de su propia marca orgánica Duchy Originals en 1990.

La marca ahora vende más de 200 productos sostenibles desde alimentos hasta muebles de jardín.

Carlos aboga por la medicina alternativa desde la década de 1970, en forma de soluciones herbales y homeopáticas para ciertos problemas de salud.

Estableció la Fundación del Príncipe para la Salud Integrada, a la que se opusieron muchos en la comunidad científica y médica.

Ahora la fundación fue rebautizada como Facultad de Medicina y fomenta el uso de la medicina alternativa dentro del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido.

5. Arquitectura y su propio pueblo

El flamante rey nunca se quedó callado en cuanto a sus puntos de vista sobre la arquitectura moderna y la planificación urbana, y se dice que siente una fuerte preocupación por la renovación y la calidad de vida del centro de la ciudad.

En 1984, en el 150 aniversario del Real Instituto de Arquitectos Británicos, describió la famosa extensión de la Galería Nacional de Londres como un “carbunclo monstruoso en el rostro de un amigo muy querido y elegante”.

Fanático de la nueva arquitectura clásica, no le gustan "las torres de hormigón" de los edificios modernos y construyó su propia aldea, Poundbury, en un terreno propiedad del príncipe bajo el Ducado de Cornualles, de acuerdo con su filosofía sobre arquitectura y cuestiones ambientales.

Se dice que el príncipe de Gales sufre de sinusitis desde que era niño. Para remediar esto, siempre insiste en tomar aire fresco y duerme en una carpa de oxígeno si tiene problemas para respirar.

7. Automóviles alimentados con vino y aceite de cocina

Según The Telegraph, el Aston Martin del príncipe Carlos, un regalo de cumpleaños número 21 de su madre, ahora funciona con biocombustible elaborado con excedentes de vino inglés. Mientras tanto, se asegura que sus Jaguars, Audis y Range Rovers funcionan con aceite de cocina.

8. Es autor de un libro infantil

Carlos una vez escribió un libro para su hermano menor, el 0ríncipe Eduardo, llamado “El Viejo de Lochnagar”. La historia trata sobre un anciano que vive en una cueva cerca de Lochnagar, una montaña cerca de Balmoral, donde la familia real pasa sus vacaciones de verano.

Publicó el libro en 1980 en ayuda de la organización benéfica The Prince’s Trust. Desde entonces ha pasado a llamarse “The Legend of Lochnagar”, en honor a la película hecha a partir del libro.

9. El primer heredero con título universitario

Carlos fue el primer heredero real de la familia real británica en obtener una licenciatura. Se graduó en 1971 en el Trinity College de la Universidad de Cambridge y, cuatro años más tarde, obtuvo una maestría en la misma universidad.

10. Tiene un nombre históricamente escandaloso

El príncipe de Gales tomó el nombre de Carlos III para reinar. El primer Carlos que reinó en Inglaterra, Escocia e Irlanda y Francia (1625-1659) fue un ferviente partidario del derecho divino del rey y se empeñó en una dura lucha de poder contra el Parlamento inglés, que se oponía a su aspiración absolutista de suprimir la utilización de la Carta Magna.

Las tensiones políticas y religiosas explotaron en la guerra civil inglesa. Derrotado, Carlos I fue capturado, procesado, condenado y ejecutado por alta traición.

Carlos II fue conocido con el nombre de Merrie Monarch ("El Monarca Alegre"), por subrayar el clima hedonista de su corte y el alivio general procurado por el retorno a una situación de normalidad después de la experiencia republicana con los Cronwell y los puritanos.

Murió por un accidente cerebrovascular en 1685, a los 54 años dejando decenas de amantes a la deriva, decenas de hijos bastardos y ningún heredero directo.

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